En la campaña arqueológica del verano de 1991 se descubrió en este sector del castro un fragmento de un collar rígido o torques parcialmente fundido en oro. No es una pieza completa, sino un módulo central de un astil que se documentó en el exterior de una agrupación de estructuras de carácter doméstico datadas en el siglo I a. C. Esta pieza suntuaria apareció en un nivel de relleno junto a cerámicas indígenas decoradas.
Se trata de una varita maciza fundida en un metal por determinar posiblemente plata o plomo) de sección casi circular que se presenta cubierto por láminas de oro. Los torques eran joyas masculinas que lucían los guerreros en su cuello. Estas joyas son más frecuentes en los castros del norte de Galicia y Asturias que en el sur. Este de Troña es de estilo ártabro, un territorio que engloba las rías de Ferrol, Betanzos y O Burgo, y evidencia que, en el momento en el que fue escondido, era considerado como una tesaurización, es decir, un recurso económico pleno, no cultural.